Entrada vía Terrestre por Aranyaprathet / Poi Pet (Bangkok ‑ Siem Reap)
La entrada en Camboya ha sido la primera Frontera que hemos cruzado por tierra en este viaje. Siempre es un poco más complicado cruzar la frontera por tierra que por aire. Además, cruzando por tierra siempre hay que estar alerta de posibles engaños y timos. Así que nos informamos bien antes de irnos.
Por lo que pudimos leer, en esta frontera te encuentras principalmente con dos problemas: El primero es que muchas compañías de bus (así como el tren) no te dejan en la frontera mismo, sino en el pueblo de antes de la frontera, de tal modo que, como turista, no tienes más remedio que coger un taxi a precio abusivo, asimismo los autobuses que salen de la frontera hacia Camboya, te hacen pagar el doble del precio normal o regular. El siguiente engaño, que es también muy común, es que antes de llegar a la frontera, gente que te quiere "ayudar", te hace creer por todos los medios posibles que tienes que ir a una agencia para que te tramiten el visado de entrada, o que al menos, de esta manera te será mucho más rápido. Esto es TOTALMENTE FALSO. La gente que dice eso simplemente miente descaradamente! El visado lo puedes hacer personalmente en la frontera e, incluso, tardas menos que con la "express visa" que te vende la agencia.
Otro engaño recurrente, con el argumento de que en Camboya no hay cajeros automáticos, te hacen ir a sacar moneda tailandesa de un cajero automático, para luego cambiar a moneda camboyana (a un tipo de cambio totalmente desfavorable por supuesto). O que te hagan cambiar dólares americanos por moneda local, también a un tipo de cambio muy desfavorable. Todo lo que escupen por la boca es falso, falso y mentira! En Camboya hay cajeros automáticos, como en cualquier país mínimamente normal, es más, los cajeros en Camboya, suelen darte dólares americanos en vez de moneda local, ya que la inmensa mayoría de las transacciones comerciales se hacen en dólares. No es necesario cambiar a moneda local, absolutamente todo se puede pagar en dólares, la moneda local, sólo se utiliza en sustitución de las monedas de céntimos de dólares, por lo tanto, si compras algo que vale menos de un dólar, te devuelven el cambio en moneda local.
Por ultimo, los honorables agentes de la autoridad camboyana, te cobran una "propina obligatoria" de 3 dólares para darte el visado. Parece ser que hay gente que ha conseguido que no les cobraran negándose rotundamente a pagarlo.
En definitiva, la inmensa mayoría (si no la totalidad) de la gente que te encuentras en la frontera, que supuestamente te quiere ayudar, en realidad no se merecen ni que los mires a la cara. Simplemente hay que limitarse a ignorar sus mentiras y no escucharlos.
Para evitar el problema de quedarse tirado en la frontera, desde hace un tiempo, hay un autobús que va directo desde Bangkok a Siem Reap, aunque en la frontera debes bajar del bus, y cruzar la frontera a pie y estar alerta igualmente de las estafas de la frontera. Nosotros optamos por otra opción, algo más barata y que salía de la estación de autobuses del este, en Ekkamai, que nos quedaba mucho más cerca de nuestro hotel. Consta de un paquete de dos autocares, uno de Bangkok a la frontera, un señor que te acompaña a cruzar la frontera y te lleva al siguiente bus, y el bus que hace el trayecto de la frontera a Siem Reap. Este paquete incluía un precio especial por la "express visa" por agencia (es cierto que el precio de la "express visa" era mucho más barato que en otras agencias, pero aún así sigue siendo una tomadura de pelo). Por eso, antes de comprar el billete hicimos pedirle a la mujer que nos aseguraran que no estábamos obligados a tomar dicha "express visa".
Nos daba un poco de miedo como sería el autocar. Además, a parte de nosotros y la chica sentada detrás de la imagen, no había ningún occidental más, y eso no siempre es una buena señal. Pero debemos decir, que aparte de ser bastante viejo, el autocar era bastante cómodo y con mucho espacio, nunca habíamos visto un bus con tanto espacio entre filas de asientos.
Al cabo de unas horas ya llegábamos a la frontera. Allí nos esperaba un señor muy amable delante del autobús. Él sería el encargado de acompañarnos a nuestro siguiente bus hacia Siem Reap. Nos cogió los billetes, nos colgó un cartelito del cuello para que no nos perdiéramos y nos pidió que lo acompañáramos. Pensamos: parece que todo habrá salido perfecto.
Pero de pronto nos hizo entrar en una oficina... Nosotros enseguida ya le dijimos que queríamos hacer el visado personalmente en la frontera y que no nos hacía falta la "express visa". Pero él, muy amablemente, nos informó que el visado lo teníamos que hacer aquí, que si no lo teníamos antes, en la frontera no nos lo harían y que no nos dejarían entrar en Camboya... Nosotros seguimos insistiendo en hacer el visado en la frontera. Él intentó unas cuantas mentiras más, como decirnos que en la frontera tardarían tanto tiempo en hacernos el visado que perderíamos el bus de conexión, que nos quedaríamos tirados aquí y que la empresa ya no se haría responsable de nosotros. Al cabo de un buen rato de conversación que no iba a ninguna parte, nos dijo finalmente que fuéramos a la frontera, "que igualmente deberíamos volver ya que allí no nos harían el visado". Nosotros aún le pedimos quien nos acompañaría hasta el siguiente bus, o como lo reconoceríamos y que si nos podía devolver nuestros billetes de bus. Él nos contestó que una vez hecho el visado, volviéramos a la oficina y que él nos acompañaría. Lo que nos había colgado antes al cuello ya representaba que era nuestro billete de bus. Ya de malas maneras se despidió. Lo que no nos quedaba del todo claro, era como volveríamos a la oficina, ya que el visado de entrada a Camboya, lo pides a la entrada de Camboya, es decir, después de haber hecho los trámites de salida de Tailandia, pero pensamos que si nos había dicho aquello, por algún motivo sería.
Efectivamente, una vez hechos los trámites de salida de Tailandia, ya no puedes volver atrás. Era obvio y de esperar que si todo lo que nos había dicho hasta entonces era mentira, esto último también lo sería. (Nos ahorraremos de definir nuestra opinión sobre esta persona, ya que igualmente nos quedaríamos cortos).
En la frontera hicimos nuestro visado sin ninguna complicación ni esperas. El precio del visado es de 30 dólares, como indica un cartel colgado en la pared. Sin embargo, en hacernos la entrega del pasaporte con el visado, el policía nos enseñó una hoja de libreta a cuadros donde estaba escrito a mano y en bolígrafo: 30 dólares por visado más 3 dólares de tasas. Obviamente esto es mentira, y es simplemente una burda ESTAFA. Parece ser que manteniéndose firme en no pagar esta "propina obligatoria", es suficiente como para evitar pagarla. Nosotros sin embargo, teníamos suficiente lio en la cabeza, pensando como seguiríamos el trayecto hacia Siem Reap, y optamos por pagar. (Nuevamente, nos ahorraremos de expresar nuestra opinión sobre estas personas, ya que igualmente nos quedaríamos cortos).
Una vez conseguido el visado, y mientras hacíamos cola para que nos sellaran la entrada en Camboya, vimos llegar a la otra chica que iba con nosotros en el bus. Como a ella sí que la enredaron con la "express visa", venía con alguien que la acompañaba al otro bus de conexión, así que fuimos con ellos. Primero teníamos que coger un bus lanzadera gratuito hasta la terminal de autobuses (que es una máquina de timar turistas), y una vez allí, nos pusieron en un bus hacia Siem Reap, mucho más incómodo, por cierto, que el primer bus que tomamos para salir de Tailandia.
Como en Myanmar, el bus nos dejó a las afueras del centro, en medio de la nada y con los "tuk-tuk'eros" pidiéndonos más del triple del valor real para llevarnos a nuestro hotel. Pero suerte de google maps, el sistema de localización y los mapas offline, de este modo pudimos ver que en realidad nuestro hotel estaba a menos de 15 minutos a pie, y así pudimos ignorar a esa gente.
Es una lástima que estas tengan que ser las primeras impresiones que tienes en cuanto entras a un país nuevo, ilusionado y con ganas de descubrirlo. Te hacen pasar las ganas de viajar y de dejar tu dinero en este tipo de países.
Suerte que esta gente, parece ser de una "tribu" concentrada cerca de la frontera. El resto del país ya nos gustó más.
